La verdad ha triunfado sobre la mentira, la razón se ha impuesto al fanatismo, el amor le ha ganado al odio. Después de 13 años de soportar discursos llenos de mentiras y de odio expresados a través de programas radiales, panfletos impresos, semanarios de dudosa moralidad y en publicaciones en internet; esta semana, por fin, el líder fundador de FREDECONSA (ahora movimiento INCA) ha negado la autoría de aquella intensa campaña del odio contra los judíos que Tacna soportó, algunas veces con indiferencia, otras con preocupación, durante tantos años. Sin embargo, como las evidencias en su contra eran abrumadoras, como no podía negar que durante años adoctrinó a muchos niños y adolescentes en el odio fanático hacia los judíos y en el culto hacia Hitler (el más grande genocida que la historia de la humanidad ha conocido), esta semana pidió perdón - usando las ondas de Radio Programas del Perú - a los judíos del mundo a través de la comunidad judía peruana. Con esta solicitud de perdón, con este arrepentimiento, con este cambio de actitud y de pensamiento, el líder de FREDECONSA ha causado una inmensa alegría en quienes nos preocupaba el cariz que iba tomando el neonazismo en Tacna. Pero también ha provocado un “terremoto” en las conciencias de tantos jóvenes ilusos e inocentes que por ignorancia e inmadurez empezaban a abrazar la ideología nazi. Jóvenes a quienes Ricardo les decía frases como éstas: “Los judíos sionistas contaminan el ambiente y matan a 600 millones de personas en el mundo”, “los judíos sionistas han provocado el terremoto de Pisco con un rayo disparado por un satélite”, “los judíos sionistas implantarán a toda la humanidad un chip en la frente para controlar nuestras mentes y nuestras conductas”, “Abimael Guzmán es judío, pues su nombre Abimael es hebreo y su apellido no es Guzmán sino Grossmann”, “El APRA es un invento judío pues tiene como símbolo la estrella (de David) de cinco puntas”, “la democracia es una basura, es un invento judío”, “Hitler fue el más grande nacionalista de la Historia”, “ningún judío murió en manos del nazismo”•, “Los judíos son malditos, pertenecen a una raza maldita” y para finalizar, una frase para la antología: “Jesucristo fue nazi, pues él también odiaba a los judíos”. Como era de suponer, los cientos de jóvenes que extasiados escuchaba o leían estas frases las incorporaron en su temprano sistema de pensamiento, en su precoz cosmovisión del mundo. El líder de FREDECONSA elaboró una lista de judíos peruanos (entre quienes se encontraban Gustavo Bueno, David Fischmann, Abraham Levi, etc.) para que, según él, los reconozcamos y los señalemos como enemigos del Perú. Les hizo creer que los judíos pertenecían a una raza maldita, violenta y dispuesta a robar a toda la humanidad.
El líder de FREDECONSA (y del Movimiento INCA) ha pedido perdón a la comunidad judía peruana. Ese gesto del fundador de FREDECONSA nos tranquiliza y nos alivia, aunque para sus pocos seguidores debe haber significado una gran sorpresa, confusión y en sus cercanos colaboradores (entre ellos muchos jóvenes universitarios) una profunda decepción.
Para algunos esta negación del líder de FREDECONSA ante IDL –Reporteros y su posterior arrepentimiento es motivo de alegría y de alivio, pues por fin la razón venció al fanatismo y él, como individuo inteligente, supo que no podía ir más allá con una ideología neonazi en Tacna. Sin embargo, hay otros, especialmente sus jóvenes seguidores, que deben estar experimentando una profunda confusión al escuchar a su líder e ideólogo arrepentirse de su anterior doctrina y negar ser el autor intelectual de propalar un sistema ideológico que pertenecía al siglo pasado y que actualmente solo lo profesan los “cabezas rapadas” (skinhead), los barristas violentos, los supremacistas raciales europeos y norteamericanos (entre quienes se encuentra, por ejemplo, Charles Mason, líder de una secta asesina quien lleva una esvástica nazi tatuada en la frente).
El cambio de postura ideológica de Ricardo De Spirito significa que al fin se dio cuenta que el odio no construye, que no es causa de bienestar humano, que no lleva paz a los hogares de Tacna. Los demócratas damos la bienvenida a los antes neonazis tacneños a vivir en una comunidad que respeta la tolerancia, valora la verdad histórica, enaltece la razón. Arrepentirse no es vergonzoso, pedir perdón es un gesto de personas decentes. La democracia liberal (que Hitler odiaba más que a nada) valora la tolerancia y el respeto al prójimo sin distinción de raza, credo, estatus económico y posición política. Esta democracia les da la oportunidad a todos (incluidos los ex neonazis) de participar, de ser escuchado, de elegir y ser elegido como representante de una comunidad.
Confiamos que este artículo no sea respondido con diatribas e insultos anónimos en un semanario que ha servido de plataforma para la calumnia. Esperamos los demócratas que la respuesta a este artículo, que expresa sentimientos de sorpresa, confusión pero también de complacencia, no sea la de llamar a su autor: “chileno sionista, espía chileno”. Pues así se demostraría que el cambio de actitud no ha sido real, profundo, que sólo fue una pose, un retroceso táctico e hipócrita.
Mi mensaje a los jóvenes estudiantes: abracen una ideología que predique la paz, que sea constructiva, que respete a toda humanidad, que sea tolerante con el diferente. Que los neonazis tacneños (deben ser ya unos pocos) replanteen su ideología perversa. Confío que nunca más jóvenes de ascendencia aymara y quechua vuelvan a asimilar una ideología extranjera que enalteció la supuesta supremacía de la raza blanca, que formuló una doctrina racista, fanática y profundamente violenta.